RESEÑA HISTÓRICA DEL MCC





RESEÑA  HISTÓRICA


"UNA MIRADA HACIA PASADO":
ISLA DE MALLORCA, CUNA DEL MCC


Echemos una breve mirada sobre esta magnífica isla del Mediterráneo, cuna de nuestro Movimiento. Colonizada por los Romanos (se ven todavía los vestigios de su paso), Mallorca fue ocupada por los musulmanes durante cinco siglos (lo que dejó huellas no solo en la arquitectura sino sobre todo en la lengua mallorquina). Fue conquistada de nuevo por el rey de Aragón, Santiago, de sólo 20 años de edad, el 31 de Diciembre de 1229. Se convirtió, durante la Edad Media, en un lugar privilegiado del monaquismo, gracias a su aislamiento y a sus montañas.
Mallorca y su Principal Ciudad, Palma de Mallorca 

Numerosas congregaciones se fundaron ahí, tanto de hombres (7) como de mujeres (14). Un gran filósofo vivió en una de esas montañas: el Beato Raymundo Llull. Aún se venera la gruta donde escribió numerosos tratados, y le está consagrado un museo, precisamente en la cúspide donde se encuentra el monasterio de San Honorato que acogerá el Cursillo de Enero de 1949. El gran apóstol de los indios del Nuevo Mundo, Fray Junípero Serra, nació en esta isla, como gran número de franciscanos que lo siguieron a América.
En el Monte de Randa, se Encuentra el Monasterio de San Honorato


Por fin, característica importante de la espiritualidad de Mallorca, su devoción a la Virgen. Los santuarios consagrados a María son numerosos, específicamente el de Lluc, donde se venera una de las estatuas que los mallorquinos habían enterrado a la llegada de los musulmanes para protegerlas de la destrucción, y que los fieles volvieron a descubrir cinco siglos más tarde (Rohloff, pág. 17-18).
Mencionemos también los dos santuarios que enmarcan, por decirlo así, el monasterio de San Honorato: debajo, en una gruta, se encuentra el santuario de Nuestra Señora de Gracia, una invocación profética cuando se sabe que el Cursillo arrancó con cinco rollos sobre la gracia, (como lo veremos más adelante, # 15). Y encima, en la cúspide de la montaña, está el santuario de la «Virgen de Cura». Son dos santuarios venerables cuya historia está ligada ahora a nuestro Movimiento.
Ahí es donde el cursillo N°1 tuvo lugar: Monasterio de San Honorato.
ACCIÓN CATÓLICA Y SANTIAGO DE COMPOSTELA
No podemos hablar de la historia de nuestro Movimiento sin mencionar a la Acción Católica, que tuvo un papel importante en el génesis del MCC. En la euforia de la post-guerra, los jóvenes de la Acción Católica vivían bajo el liderazgo nacional de un hombre excepcional, Manuel Aparici, que había sido presidente nacional de la AC antes de la guerra y, hecho sacerdote, había sido nombrado capellán nacional de España (su causa de beatificación fue introducida a Roma, en 1994). 


Durante la etapa Republicana del país, la AC había lanzado la idea de una peregrinación nacional de jóvenes a la basílica de Santiago. Este acontecimiento quería demostrar, frente a las organizaciones de masa anticlericales, que la Iglesia también podía movilizar muchedumbres de jóvenes muchachos. Sin embargo, a causa de la inseguridad y de los disturbios militares, el evento fue continuamente diferido. Ahora que la Iglesia estaba instalada en la banca de los vencedores, se creía que la demostración continuaba teniendo sentido, frente a la potente Falange, que era impermeable a la influencia de la Iglesia.

¿Cual es ese santuario del cual hablamos tan a menudo? La historia empieza en el año 808 cuando el obispo Teodomir descubre la tumba del apóstol Santiago, en Compostela (Campo de las estrellas, en latín). Cada vez que los critianos no podrán viajar a Tierra Santa a causa de las guerras, caminarán hacia la tumba de Santiago, que volverá a ser rápidamente una de las tres mayores grandes peregrinaciones del mundo con Roma y Jerúsalen. 


Hasta llegó a llamarse «la Mecca cristiana». Hecho curioso, es que de esa la coquille indiquant le chemin du pèlerinageperegrinación salió... la concha de peregrino. En esta época, todo peregrino traía de recuerdo una concha que le podía servir para beber en el camino. Se conocía inclusive a los peregrinos por la concha que cargaban colgada de sus vestidos (1). Después de la peregrinación a Compostela, esa concha fue adoptada como emblema por el Movimiento, como se puede comprobar en los libros publicados por el secretariado de España.

Volvamos al proyecto de la AC. Es cierto que el objetivo con cierta tendencia política que podía tener la peregrinación a Compostela, se modificó poco a poco hasta convertirse en un objetivo mucho más trascendental gracias a la personalidad excepcional y la fe profunda de Manuel Aparici. En efecto, éste supo rodearse de un grupo de jóvenes profundamente convencidos y excelentes comunicadores. Elaboraron unos esquemas para una sesión de formación que llamaron « Cursillos des jefes de peregrinos », curso que permitía reorientar la peregrinación hacia un contenido de fe, con el propósito de conseguir « cien mil jóvenes en estado de gracia a Compostela». Don Aparici había conseguido aún la bendición de Pio XI sobre su proyecto. 
Simultáneamente, en la revista SIGNO, órgano del Consejo Sebastian Gayanacional de la AC de los jóvenes, se completaba la estrategia preparatoria que exigía a todos los líderes diocesanos un profundo cambio de mentalidad.
El Director de la Escuela de AC no era otro sino Don Sebastián Gayá, de quien oiremos hablar a menudo en esta historia. Él era ya famoso en la isla a pesar de ser relativamente jóven. Ordenado sacerdote en 1937, había sido afectado inmediatamente a la AC de los Jóvenes de quienes animaba todos los retiros, sus intervenciones en la Radio y los artículos en la revista titulada PROA. Era él quien tenía la supervisión de los Cursillos de los Jefes de Peregrinos, y es ahí donde encontrará a Eduardo Bonnín.

Don Sebastián Gayá.
EL MÉTODO TOMA FORMA.
En este mismo año (1943), el Consejo diocesano de AC, fuertemente impresionado por este cursillo, se puso a soñar con una sesión parecida que podría dinamizar a los cristianos no solo para una eventual peregrinación sino para cambiar la vida ordinaria de los ambientes. Este es el objetivo de todas las ramas de la AC: cristianizar los ambientes con la gente del mismo ambiente. De esta inquietud surgió el esquema «estudio de los ambientes» que Bonnín escribió y presentó en público por primera vez en el seminario de Mallorca, invitado por el Rector mismo. 
Cuando dió su segundo cursillo de jefes de peregrinos, Bonnín logró que aceptaran su esquema para incorporarlo en la sesión donde él fue elegido como uno de los profesores.
Abramos un paréntesis. Todos los que trabajaron en el MCC pudieron constatar que este esquema «estudio de los ambientes» contiene, en síntesis, todo lo que volverá a ser el Movimiento de los Cursillos. En efecto, el hecho de considerar que la realidad se mueve más por los ambientes que por las estructuras o las organizaciones, y que hace falta un profundo conocimiento de su propio ambiente para transformarlo, esto constituyó la espina dorsal del futuro Movimiento. 
Este es nuestro carisma fundador, o si prefieren, la intuición fundamental del MCC: trabajar a la conversión de los individuos, sí (es el medio) pero con el fin de transformar los ambientes (esta es la finalidad o el objetivo). Para completar este descubrimiento, se afirmará que para convertir a alguien, hace falta captar su corazón, iluminar su espíritu y, luego, imantar su voluntad. Este será el camino sicopedagógico de nuestro Cursillo. Cerremos el paréntesis.
Es pues a partir del esquema « estudio de los ambientes » que el Consejo se puso a elaborar un método para convertir en cristianos fervientes las personas alejadas y para vivificar profundamente a las más cercanas. Dándose cuenta de que poca gente podía interrumpir sus actividades durante una semana completa, se preparó un esquema de tres días. Lamentablemente no tardaron en manifestarse diversas oposiciones en contra de este nuevo cursillo. 
Por ejemplo, no se creía posible que el mismo esquema pudiera servir para personas de diferentes niveles sociales, o a la vez para creyentes e incrédulos. Eduardo supo defender fuertemente su idea y alcanzó, a pesar de todo, a organizar una sesión experimental del nuevo cursillo.

Este tuvo lugar en Agosto de 1944, en Cala Figuera, en la isla Mallorca. El asesor espiritual era Don Juan Juliá, el rector, Eduardo por supuesto, y había dos profesores, Jaime Riutort et José Ferragut, el mismo que había apadrinado a Eduardo. 
Eran 14 jóvenes candidatos . Era ya un auténtico Cursillo, aún cuando los dirigentes de la AC creían que se trataba sencillamente de un condensado de los cursillos de jefes de peregrinos. Felices con el éxito de la experiencia, se decidió repetirla y es por eso que, cada año, hasta el 1948, alternaron sobre la isla, los verdaderos cursillos de peregrinos de una semana y el cursillo con la nueva fórmula de tres días.
Como el capellán diocesano de la AC asistió a la clausura del Cursillo de 1946, esto acreditó la experiencia frente a las autoridades. Durante la semana santa del 48, ocurrió un hecho particular: la distinción entre el asesor espiritual del retiro y el asesor espiritual para todo el fin de semana. Es precisamente lo que sucedió el año siguiente para el cursillo de fundación, como lo veremos.
Desde el 1944 al 1948, se formaron varios núcleos de jóvenes que habían seguido los cursillos de peregrinos, o bien los cursillos abreviados. Por otra parte, en la capital, Palma, un grupo inicial se reunía en la Escuela de Dirigentes de la AC. Fue ahí donde se encontraron sacerdotes de valor que trabajaban en la formación de los jóvenes; mencionemos entre otros, al P. Gabriel Seguí, religioso de los Sagrados Corazones (que vive todavía en el monasterio de San Honorato), y el más conocido, don Gayá. Esta escuela se consideró justamente como el núcleo original del MC y es por ello que las IFMCC irán hasta afirmar, paradójicamente, que la Escuela es anterior al Movimiento (# 530). Es de esta escuela de la que el obispo de Palma se encargaría más tarde.
En 1947, en efecto, la Santa Sede nombraba a un obispo auxiliar en Mallorca, Juan Hervás, quien durante mucho tiempo fue el obispo más jóven de España. Mons. Hervás quedó agradablemente impresionado por el espíritu y el dinamismo del grupo de jóvenes de la AC, pero igualmente se preocupó por mantenerlo en la ortodoxia. 
Es por ello que su primera intervencón fue nombrar a su secretario, don Gayá, como asesor diocesano de la AC y de invitar a la Escuela de dirigentes a participar en su misa, cada viérnes por la mañana, en su palacio.
La primera experiencia que iba a dar nacimiento a los Cursillos de Cristiandad tuvo lugar en Agosto del 1944 en Cala Figuera, sobre la isla de Mallorca (isla española en el mar Mediterraneo.


INFLUENCIA DE LA ACCIÓN CATÓLICA.
Basándose sobre un curso de una semana, llamado cursillo de jefes de peregrinos, que daba la Acción Católica a los que se preparaban a una peregrinación a Santiago de Compostela, el jóven Eduardo Bonnin* y un grupo de amigos elaboraron un método apuntando no a la preparación de una peregrinación sino a un cambio profundo en la vida ordinaria de los ambientes. .
En el verano de 1944, animaron un primer Cursillo de tres días para sus amigos en un chalet de Cala Figuera. Repitieron la experiencia cada año, invitando particularmente a los que consideraban ser líderes naturales y reclutándolos tanto entre los "alejados de Dios y de la Iglesia" como entre los practicantes. Cada Cursillo desembocaba en la formación de pequeños grupos que se reunían luego para ayudarse mutuamente en la oración, el estudio y la acción.
EL VIRAJE DEL 7 DE ENERO DE 1949.
Constatando los efectos evidentes de la gracia en estos grupos "cursillistas", el nuevo obispo de la isla, Mons. Juan Hervás, decidió sancionar este nuevo tipo de cursillos y tomarlo a su cargo directamente. En Enero de 1949, tuvo lugar el primer Cursillo oficialmente reconocido por las autoridades eclesiásticas. Gracias al impulso de Mons. Hervás, los Cursillos se sucedieron con un ritmo acelerado (unos treinta en su diócesis desde el primer año).
Mons. Juan Hervás
EXPANSIÓN RÁPIDA:
El desarrollo del MCC a sido fenomenal. Ya en 1953, ha ejambrado en América del Sur y en México y, de ahí, se extendió rápidamente en más de veinte países latinos. En 1961, empezó su expansión en las diócesis anglófonas de América del Norte.
El primer Cursillo en francés tuvo lugar en Trois-Rivières, QC, Canada, en 1963. Sin embargo este Cursillo no tuvo seguimiento. Es el de Sherbrooke, QC, en 1965, que organizó la primera Escuela de dirigentes y se convirtió en la fuente del Movimiento de Cursillos francófonos.
UN MOVIMIENTO UNIVERSAL:
Veinte años después de su fundación, el MCC se había esparcido en los cinco continentes. Hoy en día, Cursillo funciona en más de 60 países y un promedio de 1500 diócesis del mundo.
Movimiento Universal.
"Agregamos que el MCC desbordó finalmente el Catolicismo. Varias comunidades protestantes tienen su propio Cursillo, especialmente los Anglicanos y los Episcopalianos que lo adoptaron integralmente. Otros, como los Metodistas, los Presbiterianos o los Luteranos, modificaron ciertos aspectos y adoptaron por ello nombres diferentes, pero siempre uno reconoce el mismo objetivo y el mismo método. También dentro de la Iglesia católica, varios Movimientos nacieron del Cursillo.
Según ciertas fuentes, el número de hombres y mujeres de razas, lenguas y comunidades cristianas variadas que han hecho esta experiencia del Cursillo de tres días, desde hace 50 años, son ¡más de cuarenta y cinco millones.







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