"EL PERDÓN"
EL PERDÓN LA PUERTA A LA RECONCILIACIÓN.
El perdón es la puerta a la
reconciliación en cualquier relación que necesita restauración y el paso previo
para poder amarnos los unos a los otros. No se puede amar sin perdonar. El
objetivo de la vida es el amor, si se guarda rencor no se puede alcanzar. El
Señor, nuestro Maestro nos enseña:
...Perdonad y seréis
perdonados... Lucas 6:37. ¿ Dios no nos perdona si nosotros no perdonamos ?
El perdón es un bálsamo que emana
del alma, alma de Dios. Nuestra alma, como esposa del alma del Señor también
emana ese bálsamo, bálsamo, aceite balsámico que como lámpara e incienso, está
encendida y es quemada por el fuego del Espíritu y llega al corazón, al corazón
de Dios y al corazón del hombre, del perdonado, y del que perdona.
Perdonar no significa ceder
siempre, dejar que el mal triunfe, ni dejarse pisotear sin justicia, sino
comprender la esencia carnal del hombre que tiene un enfoque errado, una
naturaleza que todos tenemos y que solo en Cristo se puede dominar. Si tenemos
un objetivo espiritual claro de parte de Dios, podremos perdonar todas las
ofensas que nos hagan, y también aprenderemos a entender que aquellos que son
enemigos de Dios y blasfeman contra Su Espíritu no pueden ser perdonados.
Ejemplo nos dio también el Maestro cuando trataba con los hipócritas, escribas
y fariseos incluidos, llamándoles sepulcros blanqueados y raza de víboras.
Hay muchas circunstancias diarias
en las que nos encontraremos que tenemos que pedir perdón o perdonar. Cuanto
antes comprendamos que es un tema con el que viviremos a diario, antes podremos
acostumbrarnos a perdonar con facilidad. Esto para los que son de un corazón
misericordioso, pero que caen en el rencor. Hay muchos que tienen un corazón
violento o egoísta y no pueden amar nunca.Pero hablemos del perdón entre
hermanos.
En la naturaleza espiritual el
perdón es el inicio de la reconciliación. La Biblia dice que si un hermano
tiene algo contra nosotros y no hemos hecho las paces, no podemos venir a Dios
a presentar ofrenda.
...Por tanto, si traes tu ofrenda
al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí
tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda.Mateo 5:23.
No esperes a tu hermano, sino
búscale tú a él para la reconciliación. Acepta tu parte de culpa y error y
escúchale, busca la paz y síguela. Si dos en Cristo se ponen de acuerdo en
reconciliarle, el perdón ya está concedido también de parte de Dios y Su
bendición se derrama sobre vosotros. Si hay que aclarar temas personales o
espirituales, ¿con quien mejor que con un hermano en la fe y la amistad de
Cristo para poder escuchar, hablar y trabajar para el bien de la fe, de la
relación mutua, de la familia o de la Iglesia?
¿POR
QUÉ CUESTA TANTO PERDONAR Y OLVIDAR?
PAPA
FRANCISCO: TENGAMOS MISERICORDIA CON LOS DEMÁS, Y NOSOTROS SENTIREMOS AQUELLA
MISERICORDIA DE DIOS QUE, CUANDO PERDONA, OLVIDA.
"Perdona
nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores". Es
una ecuación, van juntas. Si tú no eres capaz de perdonar, ¿cómo podrá
perdonarte Dios?". Esto ha sido parte de la reflexión que ha realizado el Papa
Francisco en una de las homilías que realiza en la Misa de cada mañana en la
Capilla de la Casa de Santa Marta.
La perfección
de Dios tiene un punto débil exactamente donde la imperfección
humana tiende, en cambio, a no hacer descuentos, a saber: la capacidad de
perdonar.
Al comentar las
lecturas bíblicas de la liturgia del día, el Santo Padre se
refirió al Evangelio que presenta la célebre pregunta de Pedro a Jesús acerca
de cuántas veces debe perdonar a un hermano que ha cometido una culpa contra él.
PAPA FRANCISCO:
INVOCAR LA MISERICORDIA DE DIOS PARA LOGRAR EL PERDÓN.
Mientras la lectura
tomada del libro del Profeta Daniel se centra en la oración del joven Azarías
condenado a morir en un horno por haberse negado a adorar a un ídolo de oro.
En medio de las
llamas el joven invoca la Misericordia de Dios por el pueblo pidiendo también
perdón para sí mismo.
Sobre esto el
Santo Padre subrayó que se trata del modo correcto de rezar. Sabiendo que
se cuenta sobre un aspecto especial de la bondad de Dios:
¿POR QUÉ CUESTA TANTO
PERDONAR Y OLVIDAR?
Cuando Dios perdona,
su perdón es tan grande que es como si se olvidara. Todo lo contrario de lo que
hacemos nosotros, de las habladurías: "Pero éste ha hecho esto, ha hecho
aquello, ha hecho aquello…", y nosotros conocemos a tantas personas por la
historia antigua, media, medieval y moderna, ¡eh!, y no olvidamos. ¿Por
qué? Porque no tenemos un corazón misericordioso. "Haz
con nosotros según tu clemencia", dice este joven Azarías. "Según Tu
gran Misericordia. Sálvanos".
Es un llamamiento a
la Misericordia de Dios, para que nos conceda el perdón y la salvación y olvide
nuestros pecados.
DIOS NO PUEDE
PERDONAR AL QUE TIENE CERRADO EL CORAZÓN:
En el pasaje del
Evangelio, para explicar a Pedro que es necesario perdonar siempre, Jesús
relata la parábola de los dos deudores, el primero que obtiene la condonación
de su patrón, aun debiéndole una cifra enorme, y él mismo, incapaz de ser
igualmente misericordioso con otro que le debía sólo una pequeña suma. Sobre
este punto el Santo Padre observó:
En el Padrenuestro
rezamos: "Perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros
deudores". Es una ecuación, van juntas. Si tú no eres capaz de
perdonar, ¿cómo podrá perdonarte Dios? Él te quiere perdonar,
pero no podrá si tú tienes el corazón cerrado, y la Misericordia no puede
entrar.
"Pero, Padre, yo
perdono, pero no puedo olvidar aquella cosa fea que me ha hecho...". ¡Eh,
pide al Señor que te ayude a olvidar!, pero ésta es otra cosa. Se
puede perdonar, pero no siempre se logra olvidar. Pero "perdonar
y luego me la pagarás" ¡eso, no! Perdonar como
perdona Dios: perdona al máximo.
Misericordia,
compasión, perdón... el perdón del corazón que nos da Dios es siempre
Misericordia.
PERDONAR DE CORAZÓN:
Que la Cuaresma nos
prepare el corazón para recibir el perdón de Dios. Pero recibirlo y después
hacer lo mismo con los demás: perdonar de corazón.
Quizá jamás me
saludes, pero en mi corazón yo te he perdonado. Y así nos acercamos a esta cosa
tan grande de Dios, que es la Misericordia.
Y perdonando abrimos
nuestro corazón para que la Misericordia de Dios entre y nos perdone a
nosotros. Porque todos nosotros tenemos que pedir perdón: todos.
Perdonemos y seremos
perdonados. Tengamos Misericordia con los demás, y nosotros sentiremos aquella
Misericordia de Dios que, cuando perdona, olvida.
EL HOMBRE DEBE SER PERDONADO EN TRES
SITUACIONES.
La primera ante Dios cuando aceptamos a Cristo como
salvador y nuestros pecados son perdonados. De esta forma nos es remitida la
culpa de haber vivido apartado de Dios o buscando salvarnos por nuestros
propios méritos religiosos. Cristo llevó en la Cruz nuestros pecados y abre la
puerta a poder sentir el amor de Dios en nuestras vidas. Si aceptamos a Cristo
como salvador, somos perdonados y reconciliados con Dios y recibimos su amor y
bendición.
La segunda ante quien hayamos pecado u ofendido,
recibiendo el afecto de la persona, pero también ante esta situación debemos
comenzar pidiéndole perdón a Dios y reconociendo la parte que nos toque de
error. De esta forma somos reconciliados y siendo amados por nuestros hermanos.
Del mismo modo perdonando al hermano que haya pecado contra nosotros,
perdonándolo en nuestro corazón antes que se arrepienta.
Y la tercera a nosotros mismos, para que el
acusador en la conciencia deje de acusarnos y se libere del sentimiento de
culpa, sino no causa efecto. Esta es una artimaña del enemigo, el engaño, hacer
creer al hombre que aun es culpable de aquello que ha sido perdonado. Cristo es
nuestro Libertador.
...perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores... Mateo 6:12 nos recuerda Jesús en la
oración más famosa de la historia, la oración básica al Padre, el perdón de
deudas, y estas no son financieras, sino del alma y del espíritu, del corazón.
Los sentimientos de la culpa han de ser perdonados, liberados del alma para que
fluya con libertad el Espíritu Santo dentro de Su templo, nuestra alma, para
que el amor de Dios emane en nosotros.
EL
PERDÓN, UN PROCESO EN 6 PASOS.
1. Reconocer el daño: ¿Cómo sabemos
que tenemos algo que perdonar? Cuando sentimos dolor, daño, heridas.
Pregúntate: ¿qué sucedió?, ¿quién lo hizo?; ¿qué efectos tuvo sobre mí?
Muchas veces
reconocemos el dolor, pero no hemos enfrentado la causa. (La mayoría de veces)
Hay personas que frecuentemente dicen: “odio tal cosa”, “ya no me harán
llorar”, “odio mi infancia” -no sé porqué-, pero la odio”. Esto es
frecuentemente porque vivimos una interpretación (el dolor), pero no nos hemos
dedicado a buscar, a escarbar, a sanar lo que nos hirió, la causa.
Ir a buscar en qué
etapa de nuestra vida nos sucedió algo que nos marcó negativamente es básico,
recordar el daño es el primer paso para entender que debemos perdonar. Es la
raíz de eso que has estado viviendo por muchos años. Cuando lo hemos
identificado es fácil, ya tienes este paso dado. Hay quienes no tienen que
escarbar mucho, pues dicen: “recuerdo eso cada día como si fuera ayer”. La idea
es buscar, enfocarnos en lo que causó la herida más que en el dolor. La mayoría
de las veces descubrimos, que intencionalmente o no los errores de los demás
nos marcan, que se manifiestan en el segundo paso: emociones.
2. Identifica las
emociones implicadas: una vez que eres consciente de qué es lo que ha
causado el dolor en tu vida, las heridas, es necesario identificar lo que has
sentido. Hay tres sentimientos básicos que solemos sentir cuando se nos hiere:
-Miedo: generalmente
hay muchas situaciones que nos marcaron cuando fuimos niños, por lo que en la
edad adulta es natural que todo lo relacionado con eso que nos hicieron, nos
cause miedo;
-Culpa y vergüenza: tendemos a
culparnos por cosas que no hemos hecho o sentirnos avergonzados de quienes somos;
-Ira: cuando nos
enfrentamos con lo que nos ha causado el dolor, la ira sale a la superficie; el
enojo, la rabia, se asoman y esto lo trasladamos a todas las áreas, a nuestra
vida laboral, personal, de pareja, en familia, es una reacción de haber sido
dañados.
Es importante
entonces, reconocer de dónde se genera esa ira, el miedo o la culpa y porqué
nace, cómo surge.
3. Expresa tu dolor e
ira: no lo contengas, no la apliques ni te dejes llevar tampoco por
ella, porque si tomas decisiones o ejecutas acciones cuando estás con ira, las
consecuencias no serán nada agradables. No obstante, no la reprimas, no dejes
de sentir dolor, exprésalo, evita acumularlo. Es válido estar enojado, lo que
no es válido es tirar todo lo que sientes en los demás ni que llegues al
extremo de que en tu vida el dolor sea una constante.
Todo tiene su momento, su
tiempo, vive un luto, por decirlo así.
Recuerda: no basta con
sentir, es necesario expresar lo que sientes, deshacerte de eso, exprimirlo,
sacarlo de tu vida y esto puedes hacerlo hablando con alguien de confianza,
escribiendo una carta a esa persona que te hirió -pues aunque no se la
entregues vas a sacar todo—, poniendo una silla en frente y hablándole como si
fuera esa persona que te causó daño imaginándote que está sentada allí, también
por medio del auto diálogo, con afirmaciones positivas para reprogramare, sacar
todo lo que no corresponde, eligiendo hablar y pensar lo bueno.
4. Pon límites para
protegerte a ti mismo: es importante y saludable, aprende a establecer límites.
Los límites son derechos. Por ejemplo: hay mujeres que revisan la cartera de su
esposo, hombres que esculcan en la bolsa de su mujer, madres que revisan los
cajones de los hijos, gente que entra a la oficina sin pedir permiso o tocar la
puerta. Estos son casos sencillos, pero siempre es necesario poner un límite a
los demás.
5. Cancela la deuda: en este paso es
deshacernos, por nuestro propio bien, más que por el de la otra persona que nos
hizo daño, de lo que sucedió. Es el tiempo de perdonar cuando tenemos el
sentimiento de que alguien nos debe algo. Es el momento justo para enterrar los
errores de los demás que te hicieron daño, quemar todo lo que dejaste que te
marcara y liberarte.
6. Considera la
posibilidad de la reconciliación: este paso es conveniente cuando se
puede, mientras dependa de tu parte, puedes buscar a la persona y confrontarla
primero agradeciendo y luego dejándole saber lo que te hizo, con el fin de
estar en paz. Es muy importante tomar en cuenta que el perdón es unilateral,
eres tu quien decide perdonar a alguien, para la reconciliación, no obstante,
se necesitan ambas partes, por lo que no siempre es posible.
¿Cómo saber si hemos
verdaderamente perdonado? Cuando ya no sentimos más enojo, ni rencor al
reencontramos con aquel que nos ha hecho sufrir.
“Cuando todo
sentimiento de culpabilidad por aquello que pasó ha desaparecido”-agrega
Gabrielle Rubin- es que podemos considerar que lo hemos perdonado.
Otro signo indudable
de que el perdón ha sido otorgado es según Nicole Fabre: “la recuperación de la
actividad, que conduce al retorno de la movilidad en nuestra vida”
EL ORIGEN Y LA CAUSA DE NECESITAR EL PERDÓN.
Una vez el discípulo de Cristo ha vencido a los
gigantes enemigos del amor, puede perdonar de forma natural y automática, como
la respiración, hasta setenta veces siete. Es entonces cuando, como parte del
Cuerpo de Cristo puede formar parte del: ...en esto conocerán todos que sois
mis discípulos si tuviereis amor los unos por los otros... Juan 13:35. Por lo
tanto el que no perdona, no ama, y el que no ama no puede ser Su discípulo.
Los gigantes que nos acechan en la carne, contra
los cuales vencemos como discípulos de Cristo con el poder del Espíritu, son
los relatados en Gálatas 5:19:
...Y manifiestas son las obras de la carne, que
son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios...
Ahora bien, si somos espirituales nuestra actitud
nos prepara para lograr frutos que muchas veces comienzan con el perdón como
continua Gálatas 5:22:
...Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas
no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a
otros...
Si esto hacemos somos perdonados por Dios y tenemos
las cualidades de un corazón pronto para perdonar.
Por lo tanto para vivir sin
las cargas que necesitan perdón cumplamos la Ley de Cristo, también en Gálatas
6:
...Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna
falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre,
considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los
unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo...
Así pues, cuando un hermano ofende o hace daño,
tratémosle con mansedumbre y sobrellevemos las cargas entre los miembros de la
Iglesia y demostremos nuestro perdón y afecto en el trato y en las relaciones
de amistad, porque todos ofendemos y el que esté libre de pecado que tire la
primera piedra.
...Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será
perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será
perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le
será perdonado; pero el que hable contra el Espíritu Santo, no le será
perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. Mateo 12:31
ACTITUD DEL QUE PERDONA.
Mateo 5:38.
...A cualquiera que te hiera en una mejilla,
vuélvele también la otra...
...Al que quiera ponerte a pleito y quitarte la
túnica, déjale también la capa...
...A cualquiera que te obligue a llevar carga por
una milla, ve con él dos...
...Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de
ti prestado, no se lo rehúses...
Reflexión: ¿Somos capaces de hacer esto? Si hemos
de amar a nuestros enemigos, ¿cómo no perdonaremos a un hermano en Cristo?
Los amigos en la fe son un tesoro, así que luchen
por no perderlos. Si se han dado cuenta, no es fácil encontrar verdaderos
amigos en Cristo, así que ¿no le parece que merece la pena alimentar la amistad
en el Espíritu?. Esta es la base de la Iglesia de Cristo, el amor y la amistad
en afecto fraternal.
El objetivo del perdón no es la acción en si misma,
sino la consecuencia, es compartir la amistad y el amor de Dios con nuestro
prójimo, así que vaya a ver a su amigo o persona con la que no puede compartir
desde hace tiempo y perdónela de corazón y trate de compartir y de minimizar
las diferencias. En Cristo, si no es por motivo de enemistad contra Dios, a
cualquier hermano con el que pueda estar enojado, perdónelo, ore y comparta la
situación con el Señor para que Él le ayude a cambiar su corazón.
Del mismo modo que la Ley si no se ve con los ojos
de Cristo no se cumple, porque es un código, aquí estamos ante la misma situación,
como el ejemplo que nos mostró Jesús con aquél que codiciaba una mujer en su
corazón, y sin llegar al acto, ya Dios le considera adultero. El perdón es
igual, si perdonamos protocolariamente no amamos, debemos mostrar por nuestro
trato el verdadero perdón.
Si un hermano pide perdón porque ha visto su error,
debemos perdonarlo, pero si nuestro corazón ya está entregado a Dios y conoce
la carne humana, produce una reacción inmediata de recibimiento en el momento
en que un amigo se arrepiente. ...No dejéis que se ponga el sol sobre vuestro
enojo. Efesios 4:26 y ...Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en
paz con todos los hombres.
“PORQUE PERDONAR"
Tú te beneficias enormemente cuando decides
perdonar y lo mismo ocurre con todos a tu alrededor. Ya sea que necesites
perdonar a los demás, o la necesidad de perdonarte a ti mismo, al hacerlo te
libera del pasado y te permite cumplir con tu verdadero potencial. El perdón
permite liberarte de las creencias y actitudes limitantes.
Liberar tus energías
mentales y emocionales para que puedas aplicarlas a la creación de una vida
mejor.
El perdón te ayuda a alcanzar incluso tus metas más
prácticas e inmediatas. Tal vez quieras un trabajo mejor, para ganar más
dinero, tener mejores relaciones, o vivir en un lugar más agradable. El perdón
te ayuda a lograr todo esto. Si no has perdonado entonces, una parte de tu
energía de vida interior está atrapada en el resentimiento, la ira, el dolor o
el sufrimiento de algún tipo. Esta energía vital atrapada te limitará. Es como
si trataras de montar en bicicleta con los frenos parcialmente puestos todo el
tiempo. Te hace más lento, te frustra y hace que sea difícil avanzar.
Las decisiones que tomes y las cosas que creas que
son posibles todas serán influenciadas por las formas en las que no has
perdonado. A medida que aprendas a perdonar la energía que estaba yendo hacia a
pensamientos y sentimientos tristes consigue liberarse y puede fluir a crear la
vida que deseas en lugar de limitarte, o crear más sufrimiento.
Si no quieres aprender a perdonarte a ti mismo para
beneficiarte; entonces, aprende a perdonar para que puedas beneficiar a otros.
A medida que aprendas, tú beneficias a todo el mundo que está en contacto
contigo. Tu pensamiento será más claro y más positivo que antes. Tú tendrás
mucho más para dar y más fácilmente disfrutarás compartiendo lo que tienes. Tú
te convertirás naturalmente y fácilmente más amable, generoso y más solidario
con los demás, – sin tener que luchar para lograrlo. Vas a tener una actitud más
feliz y más positiva con las personas en tu vida y van a responder más
positivamente a ti a cambio.
Si quieres un mejor trabajo, y ganar más dinero, y
luego tener una actitud positiva hacia el lugar donde trabajas, hacia tu jefe,
hacia tus compañeros y hacia los clientes, ayuda inmensamente. Las personas que
tienen una actitud positiva, útil destacan en cualquier situación. Nunca se
puedes tener éxito en una organización que no quieres que tenga éxito, porque
no vas a dar tu mejor. Si no das tu mejor, haciendo el mejor trabajo posible,
entonces no recibirás lo mejor que puede venir hacia ti. El perdón te ayudará a
tener el tipo de actitud que te dará mucho éxito en tu trabajo.
El perdón es inmensamente práctico y útil. No hay
nada vago, o poco práctico al respecto. El perdón te libera. A medida que
aprendas a perdonar, muchos problemas (posiblemente incluso problemas de salud)
desaparecerán gradualmente. Será como si pudieses ver tu vida desde arriba y
pudieses ver la forma más fácil de llegar a donde quieres estar. La vida se
abre frente a ti.
Nuevas oportunidades surgirán como de la nada.
Coincidencias felices ocurrirán donde te encuentras con la persona adecuada en
el momento justo. Las ideas o las respuestas vendrán a ti como tú las
necesitas. Un amigo puede hacer un comentario, o tú abres un libro o una
revista, o puedes escuchar una conversación que te dé justo lo que estabas
buscando. ¿Por qué es esto así? Se debe a que mediante la práctica del perdón
te vuelves más abierto a la bondad de la vida, por lo que la bondad es más
capaz de encontrar tu camino hacia ti.
La Biblia nos muestra las grandes vivencias de
hombres y mujeres de Dios que han tenido que convivir con el desprecio, el
olvido, la falta de reconocimiento, y sin embargo el amor de Dios, el cual
muestra como se puede cambiar una situación de ira, enojo y rencor en una
fuente de misericordia hacia aquellos que hicieron el daño, consciente o
inconscientemente.
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