LA CREMACION
"DESDE EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO"
¿DEBE RECHAZARSE LA CREMACIÓN?
"LA IGLESIA VS LA CREMACIÓN"
La cremación o incineración es la práctica de deshacer un cuerpo humano
muerto, quemándolo, lo que frecuentemente se lleva a cabo en un lugar denominado
crematorio. Junto con el entierro, la cremación es una alternativa cada vez más
popular para la disposición final de un cadáver.
"EN LA ANTIGÜEDAD"
Las primeras cremaciones conocidas sucedieron en la zona del litoral
mediterráneo en el Neolítico, pero declinó durante el establecimiento de la
cultura semita en esa área cerca del tercer milenio a. C. La cremación fue
ampliamente observada como una práctica bárbara en el Antiguo Oriente Próximo,
que se usaba solamente por necesidad en tiempos de plagas. Los babilonios, de
acuerdo a Heródoto, embalsamaban a sus muertos y los persas zoroástricos
castigaban con la pena capital a todo aquel que intentaba la cremación, con una
especial regulación para la purificación del fuego profano.
En Europa, hay huellas de cremaciones que datan de los principios de la
Edad del Bronce (2000 años a. C.) en la llanura panónica y a lo largo del
Danubio medio. La costumbre llegó a ser dominante a través de la Edad del
Bronce con la cultura de los campos de urnas (1300 a. C.). En la Edad del
Hierro, la inhumación vino a ser nuevamente más común, pero la cremación
persistió en la cultura de Villanova y en otros lugares. Homero acota sobre los
funerales de Patroclo, describiendo su cremación y su posterior inhumación en
un túmulo similar a los de la cultura de los campos de urnas, siendo calificada
como la más temprana descripción de los ritos de cremación.
Las primeras cremaciones pudieron haber estado conectadas a las ideas de
inmolación con fuego, tal como Taranis, dios del paganismo céltico (Sacrificio
humano). La religión hinduista es notable por no sólo permitirla sino
prescribirla. La cremación en la India es atestiguada ya en la cultura del
Cementerio H (1900 a. C.), considerada como la etapa formativa de la
civilización védica. El Rig-veda (en el mándala 10.15.14) contiene referencias
sobre el antyeṣṭi (sacrificios fúnebres), donde se invoca a los antepasados
«cremados (agní-dagdhá) y no cremados (anagní-dagdhá)».
la cremación fue común, pero no universal, tanto en la Grecia como en
Roma. En Roma, la inhumación fue considerada el rito más arcaico (según Marco
Tulio Cicerón, De Leg., 2, 22), y el gens Corneliano, uno de los más cultos en
Roma —con la sola excepción de Sila—, nunca permitieron la quema de sus muertos.
El cristianismo reprobó la cremación influido por los principios del
judaísmo, y en un intento de abolir los rituales paganos grecorromanos. Hacia
el siglo V d. C., la práctica de la cremación había desaparecido de Europa.
"EDAD MEDIA"
La cremación en vida fue usada como parte del castigo a los herejes, y
esto no solo incluía arder vivo en la hoguera. Por ejemplo, en 1428 la Iglesia
católica desenterró el cadáver del traductor inglés John Wyclif (1320-1384) y
lo cremó.[cita requerida] Sus cenizas fueron esparcidas en un río como una
forma explícita de castigo póstumo, por negar la doctrina católica de la
transubstanciación.
La cremación retributiva (con base en las acciones en vida) continuó en
los tiempos modernos. Por ejemplo, después de la Segunda Guerra Mundial, los
cuerpos de 12 hombres convictos por los crímenes contra la humanidad en los
Juicios de Núremberg, no fueron regresados a sus familiares, sino cremados, y
depositados en una locación secreta, como parte específica de un proceso legal
encaminado a negar el uso de dicha locación como cualquier suerte de memorial.
En Japón, sin embargo, una construcción en memoria de los criminales de guerra
ejecutados, quienes también fueron cremados, fue permitido erigirla para
confinar sus restos.
"LA ERA MODERNA"
El movimiento moderno de cremación comenzó en 1873, con la presentación
de una cámara de cremación hecha por el profesor paduano Brunetti en una
exposición en Viena. En Gran Bretaña, el movimiento contó con el apoyo del
cirujano de la reina Victoria, sir Henry Thompson, quien junto con sus colegas
fundaron la Sociedad de Cremación de Inglaterra en 1874. El primero en Estados
Unidos fue construido en 1874 por Julius LeMoyne en Pensilvania). La segunda
cremación en EE. UU. fue la de Charles F. Winslow, verificada en Salt Lake City
(Utah) en julio de 1877. Los primeros crematorios en Europa fueron construidos
en 1878 en Gotha (Alemania) y en Woking (Inglaterra).
La primera cremación en
Gran Bretaña tuvo lugar el 26 de marzo de 1886 (ocho años después de la
construcción del crematorio) en Woking.
Durante la Segunda Guerra Mundial fueron utilizados para incinerar
orgullosamente a los combatientes de su patria ( no obstante, los cuerpos del
bando contrario, ya sea de los "Aliados" o de las "Potencias del
Eje" eran quemados en "Hogueras" tanto para expresar su
desprecio a ellos como para limpiar terreno).
La cremación fue declarada legal en Inglaterra y Gales, cuando el doctor
William Price fue procesado por cremar a su hijo. La legislación formal siguió
después con la autorización del Acta de Cremación de 1902 (dicha Acta no tuvo
extensión legal en Irlanda) lo cual supuso requerimientos procesales antes de
que una cremación pudiese ocurrir y restringir su práctica a lugares
autorizados. Algunas iglesias protestantes comenzaron a aceptar la cremación,
bajo la premisa racional del ser: «Dios puede resucitar a un difunto de un
tazón de cenizas tan fácilmente como puede resucitar a uno de un tazón de
polvo».
La Enciclopedia Católica criticó estos esfuerzos, refiriéndose a ellos
como «movimiento siniestro» y asociándolo con la francmasonería aunque dijera
que «en la práctica de la cremación no hay nada directamente opuesto a cualquier
dogma de la Iglesia».
En 1963 el papa Pablo VI levantó la prohibición de la cremación, y en
1966 permitió a los sacerdotes católicos la posibilidad de oficiar en
ceremonias de cremación. Algunas parroquias católicas han construido
"cinerarios" donde los fieles pueden depositar "en sagrado"
las cenizas de sus seres queridos en una ceremonia sencilla. Estos cinerarios
son gratuitos, no permiten placas ni ofrendas, y exigen documentación del
origen de las cenizas.
"PROCESOS MODERNOS DE CREMACIÓN"
Horno crematorio: Antoguo horno crematorio en México, El proceso de la
cremación tiene lugar en el llamado crematorio. Consiste de uno o más hornos y
utillaje para el manejo de las cenizas. Un horno de cremación es un horno
industrial capaz de alcanzar altas temperaturas (de aproximadamente 870 a 980
°C), con modificaciones especiales para asegurar la eficiente desintegración
del cuerpo. Una de esas modificaciones consiste en dirigir las llamas al torso
del cuerpo, en donde reside la principal masa corporal.
El crematorio puede formar parte de una capilla o una agencia funeraria,
o también puede ser de una construcción independiente o un servicio provisto
por un cementerio.
Los hornos usan un número diverso de fuentes combustibles, tales como el
gas natural o el propano. Los modernos hornos crematorios incluyen sistemas de
control que monitorizan las condiciones bajo las cuales la cremación tiene
lugar. El operador puede efectuar los ajustes necesarios para proveer una
combustión más eficiente, así como de asegurarse de que la contaminación
ambiental que ocurra sea mínima.
Un horno crematorio está diseñado para quemar un solo cuerpo a la vez.
Quemar más de un cuerpo simultáneamente es una práctica ilegal en muchos
países. La cámara donde el cuerpo es colocado es llamada retorta, y está
construida con ladrillos refractarios que ayudan a retener el calor. Estos
ladrillos requieren ser reemplazados cada 5 años debido a que la continua
expansión y contracción causada por el ciclo de temperaturas suele fracturarlos.
Los modernos crematorios suelen ser controlados por un ordenador o
computadora y están dotados de sistemas de seguridad y candados para que su uso
sea legal y seguro. Por ejemplo, la puerta no puede abrirse hasta que el horno
ha alcanzado su temperatura óptima, el ataúd se introduce en la retorta lo más
rápido posible para evitar la pérdida de calor, a través de la parte superior
de la puerta. El ataúd también puede ser introducido velozmente mediante una
banda transportadora, o una rampa inclinada que puede permitir su introducción
dentro del horno quemador.
En los crematorios se permite a los familiares ver la introducción del
ataúd dentro del horno y a veces esto se hace por razones religiosas, por
ejemplo la cultura hindú; sin embargo, a pesar del respeto con el que el
difunto es tratado, esto es fundamentalmente un proceso industrial, y no es
recomendable para las personas sensibles o débiles de corazón.
Los crematorios
tienen un tamaño estándar, un gran número de ciudades disponen de hornos de
mayor dimensión capaces de manejar difuntos con una masa corporal de hasta 200
kg. Sin embargo, las personas con obesidad mórbida son preferentemente
sepultadas en lugar de ser destinadas a la cámara crematoria.
"RAZONES PARA ELEGIR LA CREMACIÓN O INCINERACIÓN"
La cremación permite economizar el uso del espacio en los cementerios
(cementerio de minitumbas en Helsinki). Algunas personas prefieren la
incineración por razones personales al resultarles más atractiva que el
entierro tradicional. A éstas les resulta muy desagradable la idea de un largo
y lento proceso de descomposición (Putrefacción del cadáver), prefiriendo la
alternativa de la incineración, puesto que se destruyen los restos
inmediatamente.
En otras culturas como las de Latinoamérica, la cremación no es
muy utilizada, aunque algunos las prefieren, pues en estos países suelen
enterrar los cadáveres y luego de dos años (tiempo prudencial en que se ha
descompuesto el cadáver y ha quedado el esqueleto completamente
"limpio") se procede a la exhumación del mismo para proceder a
colocar los restos en un osario.
Otras personas ven la inhumación tradicional como una innecesaria
complicación de su proceso funerario, por lo que prefieren la sencillez de la
cremación.
Otras personas prefieren la cremación por un simple 'miedo al cajón'.
Piensan que es posible un error que permita su entierro en vida. Se han
presentado casos excepcionales en los que por enfermedad u otras causas el
corazón ralentiza e incluso detiene momentáneamente su actividad, además de los
casos de catalepsia que estuvieron muy en boga en la literatura del siglo XIX.
Estas personas temen recuperar la consciencia cuando se hallan enterradas en su
cajón y no poder salir; prefieren, de haber quedado vivas, morir quemadas que
vivir enterradas.
La cremación puede resultar más económica que los servicios de sepultura
tradicionales, especialmente si se elige la cremación directa, en la cual el
cuerpo es incinerado con la mayor brevedad según las disposiciones legales. No
obstante, el coste total variará en función del servicio deseado por el difunto
y sus familiares. Por ejemplo, la cremación puede tener lugar después de un
servicio funerario completo, o del tipo de contenedor elegido
La cremación hace posible esparcir las cenizas sobre un área
determinada, eliminando la costosa necesidad de ocupar un espacio dentro de un
sepulcro o cripta.
No obstante, algunas religiones como la Católica sugieren el
sepulcro o tumba como destino final de las cenizas, lo que añade un costo. El
uso de algunos tipos de nichos, llamados columbarios (palomares) se ha
extendido debido a la economía en espacio y a su bajo precio, llegando a costar
mucho menos que una cripta o mausoleo. Sin embargo, existen movimientos
místicos que recomiendan la cremación para la liberación del alma, de tal forma
que pueda volver en otra generación en un menor tiempo, aunque esta afirmación
posterior varía según el movimiento al que corresponda (Rosacruz, Gnosticismo,
entre otros).
"COSTO Y BENEFICIO AMBIENTAL"
Beneficio: Para algunos, la cremación es preferible por razones
ambientales. La inhumación o sepultura es fuente de ciertos contaminantes
ambientales. Las soluciones embalsamantes, pueden contaminar afluentes
subterráneos de agua, con mercurio, arsénico y formaldehído. Los ataúdes por sí
mismos también pueden contaminar. Otra fuente contaminante es la presencia de
radioisótopos que se encuentren en el cadáver debido entre otras cosas a la
radioterapia contra el cáncer, víctima del cual falleció el difunto.
La
creciente escasez de espacio para los cementerios es otro problema. En Estados
Unidos, el ataúd es colocado dentro de una fosa de hormigón o concreto, lo que
disminuye el espacio, convirtiéndose en un problema serio. Muchos cementerios,
particularmente en Japón y Europa, han comenzado a padecer la falta de espacio.
Costo: Por otro lado, investigaciones recientes indican sobre el daño
potencial que ocasionan las emisiones de las cremaciones aunque
comparativamente pequeñas en escala internacional, permanecen estadísticamente
significantes. Entre otras emisiones, los contaminantes orgánicos persistentes,
indican que la cremación contribuye con un 0.2% en la emisión global de
dioxinas y furanos. Un método alternativo aún no muy difundido es la promación
en la que en lugar de quemar el cuerpo, este es sometido a un enfriamiento
extremo que cristaliza todos los tejidos y huesos, para luego convertirse en
polvo.
"APRECIACIONES RELIGIOSAS DE LA CREMACIÓN"
"EL JUDAISMO"
El Judaísmo: El judaísmo ha desaprobado tradicionalmente a la cremación
(que fue uno de los medios tradicionales para disponer de los muertos en la
Edad del Bronce vecina a las culturas semíticas paganas). De la misma forma
también ha desaprobado la conservación del muerto por medio del embalsamarlo y
la momificación una práctica de los egipcios antiguos—. Durante el siglo XIX y
principios del XX, como los cementerios judíos, en muchas ciudades europeas
habían llegado a su límite poblacional, la cremación fue aceptada como un medio
de entierro entre los judíos liberales. Los movimientos liberales actuales,
como La Reforma al Judaísmo, siguen apoyando a la cremación, aunque la
inhumación (entierro) permanece como la opción preferida.
Los judíos ortodoxos han mantenido una estricta línea respecto de la
cremación. La desaprueban tal y como se prohíbe en la Halajá (la ley judía).
Este referente halájico refuerza la resurrección de la persona como una
creencia central del judaísmo "convencional", en comparación con
otras tendencias antiguas tales como el Saduceo, que lo niega. También la
memoria del Holocausto, donde millones de judíos fueron asesinados por los
nazis y sus cuerpos fueron dispuestos quemándolos en hornos crematorios o en
fosas ardientes, le ha dado a la cremación connotaciones muy negativas para el
Judaísmo Ortodoxo de los grupos conservadores.
"RELIGIÓN DHÁRMICA"
Mientras la religión abrahámica prohíbe la cremación y prefiere el
entierro, religiones del Este como el hinduismo y el budismo ordenan el uso de
la cremación. En dichas religiones, el cuerpo es visualizado como un instrumento
portador del alma al nacer. Una de las citas del Bhagavad Gita señala:
"Así como las vestimentas viejas son lanzadas lejos y se toman
nuevas, el alma sale del cuerpo después de la muerte para tomar otro
nuevo".
De ahí que el cadáver no sea considerado sagrado, desde que el alma lo
ha abandonado; así pues, la cremación no la consideran poco ética las
religiones orientales. En el sijismo, el entierro no está prohibido, aunque la
cremación es la opción preferida por razones culturales, más que por razones
religiosas.
De acuerdo con las tradiciones hinduistas, las razones para
preferir la destrucción del cuerpo a través del fuego en lugar de sepultarlo es
la de inducir un sentimiento de la separación del espíritu fresco e incorpóreo,
a quien será útil alentar en su paso al otro mundo (el último destino del
muerto). Esto explica también los entierros de santos varones (cuyo espíritu ya
ha sido "separado" suficientemente debido a prácticas ascéticas de
toda la vida) y de niños y de jóvenes (cuyos espíritus no han vivido casi para
desarrollar lazos con este mundo).
Los santos varones son sepultados en la posición de flor de loto y no,
como en otras religiones, en posición horizontal. La cremación se denomina
antimsamskara, que literalmente significa "la última condición".
"EL CRISTIANISMO"
En países cristianos, la cremación perdió aceptación entre las personas.
El desaliento de la Iglesia Católica hacia la cremación provino de varias
ideas: primero, que el cuerpo es como un instrumento a través del cual se
reciben los sacramentos, es por sí mismo sacramental, y debe ser considerado
como objeto sacro; segundo, como parte esencial del ser humano, se debe
disponer de él de una manera honrosa y reverencial, y muchas prácticas
tempranas eran visualizadas como paganas y como un insulto al cuerpo; tercero,
como una imitación de la inhumación de Jesucristo, el cuerpo de un cristiano
debía ser sepultado, y cuarto, que constituía una negación de la resurrección
del cuerpo.
La cremación no estaba prohibida porque interfiriese
definitivamente con la capacidad de Dios de resucitar el cuerpo; sin embargo,
esto fue refutado inicialmente por Minicius Félix, en su diálogo Octavius.
La cremación no fue de facto prohibida en sí y por sí misma; incluso en
Europa, en la Edad Media, se practicó en situaciones en las que había
multitudes de cuerpos simultáneamente; por ejemplo, en las batallas, durante
una "peste" o alguna hambruna, y en donde existiese un peligro
latente de focos de esparcimiento de enfermedades a través de los cadáveres.
Sin embargo, la inhumación o sepultura quedaron a ley, salvo en casos en que
las circunstancias requirieran la cremación para bien público.
A principios de la Edad Media y aun tiempo después, pasado el siglo
XVIII, racionalistas y clasicistas comenzaron a señalar a la cremación
nuevamente como una negación de la resurrección y/o la vida después de la
muerte, aunque el movimiento en pro de la cremación muy frecuentemente no
tomase mucha atención en discernir sobre los asuntos teológicos acerca de la
misma.
El sentimiento intrínseco de la Iglesia Católica contra la cremación
vino a endurecerse al afrontar la asociación de ésta con las reglas de los
"enemigos profesos de Dios", lo cual vino a suavizarse hacia los años
60. La Iglesia católica sigue prefiriendo la inhumación tradicional o el
sepultamiento del cuerpo, pero la cremación ahora es libremente permitida, en
tanto no signifique un rechazo a la creencia en la resurrección del cuerpo.
Hasta 1997, las regulaciones litúrgicas católicas requerían que la
cremación tuviese lugar después de la ceremonia funeraria religiosa, de ser
posible de cuerpo presente, el cual debería recibir la bendición y ser sujeto
de oración, mencionando al difunto. Una vez que ésta hubiese concluido, el
cuerpo podría ser cremado y un segundo servicio religioso podía asistirse en el
crematorio o en el momento de enterrar las cenizas como si se tratase del
cuerpo en sí. Las regulaciones litúrgicas actuales permiten una misa con el
contenedor de cenizas presente, pero se necesita autorización previa del obispo
local si es necesario.
La Iglesia mantiene los requerimientos específicos para
la disposición reverente de las cenizas; normalmente éstas son sepultadas o
enterradas en un contenedor apropiado, tal como una urna (en lugar de
mantenerlas en la casa de los familiares, aún cuando en algunos hogares
católicos suele ser práctica usual). Los cementerios católicos hoy en día
reciben restos cremados, los cuales son confinados en nichos especiales.
La Iglesia Protestante fue más concordante con el uso de la cremación y
mucho antes que la Iglesia Católica; el sentimiento de pro-cremación no fue del
todo unánime entre los protestantes; no obstante, el primer crematorio en los
países protestantes se construyó en 1870, y en 1908 el decano y capitán de la
abadía de Westminster, una de las más famosas Iglesias Anglicanas, solicitó que
los restos que fueran incinerados debían ser sepultados en cercanía de la
abadía. El dispersar las cenizas o regarlas es una práctica aceptable en muchas
denominaciones protestantes, y algunas iglesias tienen su propio "jardín
del recuerdo", sitio en el cual, los restos pueden ser dispersados. Otro
grupo que también apoya a la cremación son los Testigos de Jehová.
Por otra parte, algunas ramas del cristianismo se mantienen en oposición
a la cremación, incluyendo algunas minorías protestantes. Más notable es la
prohibición que mantiene la Iglesia Cristiana Ortodoxa, salvo excepciones que
son consideradas inevitables (cuando las autoridades civiles o situaciones de
posibles epidemias lo requieren). Cuando la cremación es elegida
voluntariamente, para una causa no buena para quien muere, a él o ella no se le
permite un funeral en la iglesia, y puede ser excluido en las oraciones litúrgicas
para los desaparecidos. En la religión ortodoxa, la cremación es considerada un
rechazo general al concepto de resurrección, y como tal es visto severamente.
"RELIGIÓN MORMONA"
Desde su organización en 1830, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de
los Últimos Días a través de sus líderes ha exhortado a sus seguidores a
evitarla, a menos que sea requerido por la ley, y hasta donde sea posible, para
consignar al cuerpo al entierro en la tierra, y a permitir a la naturaleza el
encargarse de su disolución, "del polvo has sido creado, y en polvo te
convertirás" (Gen 3:19).
El presidente Spencer W. Kimball escribió:
"El significado de la muerte no ha cambiado, libera un espíritu para el
crecimiento y desarrollo, y coloca un cuerpo en la madre tierra". Con el
tiempo los regresos mortales del cuerpo al elemento nativo, y si se guarda en
un sitio elegido por la familia para el entierro, o se inhuma en las
profundidades del mar, cada parte esencial, se restaurará en la resurrección:
"Cada miembro y su coyuntura serán restaurados a su cuerpo; aun un pelo de
la cabeza no se perderá, todas las cosas regresarán a su marco apropiado y
perfecto".
"ZOROASTRISMO"
Generalmente los parsis prohíben totalmente la cremación como algo que
ensucia al fuego, símbolo de todo lo que es sagrado. El entierro es desconocido
también, por razones semejantes, y el método tradicional para disponer de un
cadáver es el exponerlo como alimento para los buitres en edificaciones
funerarias llamadas "torres del silencio". Sin embargo algunas
figuras contemporáneas de la fe han optado por la cremación. El cantante
Freddie Mercury, líder de Queen (grupo británico de rock), quien era creyente
parsi-zoroastrista, fue cremado después de su muerte. En adición, Rajiv Gandhi
fue objeto de una gran publicidad a partir de la cremación de su cuerpo en una
pira de madera de sándalo, él también era parsi (aunque hinduista por vía
materna).
"NEOPAGANISMO"
Acorde a las interpretaciones feministas de los registros arqueológicos,
la cremación es un rasgo característico de las religiones patriarcales; el humo
elevándose simboliza el espíritu del difunto ascendiendo al dominio de las
deidades padres en los cielos. Mientras que en las religiones matriarcales, se
especula que favorecen el enterramiento del cuerpo en posición fetal para
representar el regreso del cuerpo a la Madre Tierra a través de la tumba que
simboliza el útero. Las religiones neopaganas modernas están a favor de la
cremación.
"LA IGLESIA CATÓLICA PROHÍBE ESPARCIR LAS CENIZAS
DE LOS DIFUNTOS O TENERLAS EN CASA"
La Iglesia católica prohíbe a sus fieles esparcir las cenizas de los
difuntos, dividirlas entre los familiares y también que sean conservadas en
casa, según un nuevo documento publicado hoy.
La Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, ha redactado un nuevo
documento con el nombre de "Instrucción Ad resurgendum cum Christo"
que sustituye al anterior de 1963, que fue aprobado el 18 de marzo de 2016 por
el papa Francisco y que pone orden ante las nuevas prácticas tanto de sepultura
como de cremación consideradas "en desacuerdo con la fe de la
Iglesia".
En el documento se explica que aunque la Iglesia sigue prefiriendo la
sepultura de los cuerpos, se acepta la cremación pero se prohíbe esparcir las
cenizas, dividirlas entre familiares o conservarlas en casa.
"Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o
nihilista, no será permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la
tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas
en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos",
se lee en este documento.
Además, advierte que "en el caso de que el difunto hubiera
dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por
razones contrarias a la fe cristiana, se le han de negar las exequias".
Aunque después se especificó durante la presentación del documento que
la negación del funeral será sólo si el difunto ha manifestado en sus últimas
voluntades el deseo de esparcir las cenizas con expreso rechazo de las
prácticas de la fe cristiana.
La Iglesia católica señala que no se pueden permitir "actitudes y
rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte, considerada como
anulación definitiva de la persona, o como momento de fusión con la Madre
naturaleza o con el universo, o como una etapa en el proceso de reencarnación,
o como la liberación definitiva de la 'prisión' del cuerpo".
El ex Santo Oficio agrega además que la conservación de las cenizas en
el hogar está permitida "sólo en casos de graves y excepcionales
circunstancias", y cuando una persona lo pida "por piedad o
cercanía", explicó el consultor de la Congregación de la Doctrina de la
Fe, el español Ángel Rodríguez Luño, en la rueda de prensa de la presentación
del documento.
Para la Iglesia, "la conservación de las cenizas en un lugar
sagrado puede ayudar a reducir el riesgo de sustraer a los difuntos de la
oración y el recuerdo de los familiares y de la comunidad cristiana". Así,
agregan, "se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos
tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación,
así como prácticas inconvenientes o supersticiosas".
Por ello, las cenizas del difunto, "por regla general, deben
mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en
una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad
eclesiástica competente". El prefecto de la Congregación para la Doctrina
de la Fe, el cardenal Gerhard Mueller, explicó hoy ante estas decisiones que
"los muertos no son propiedad de los familiares" y que "son
hijos de Dios, forman parte de Dios y por ello no se celebran ritos privados
sino ceremonias públicas y esperan en un campo santo su resurrección".
La Iglesia, aunque autoriza la cremación "por razones de tipo
higiénico, económicas o sociales", sigue prefiriendo la sepultura de los
difuntos porque "favorece el recuerdo y la oración por los difuntos por
parte de los familiares y de toda la comunidad cristiana, y la veneración de
los mártires y santos".
No obstante, "la Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta
práctica, ya que la cremación del cadáver no toca el alma y no impide a la
omnipotencia divina resucitar el cuerpo", escriben. Pero para el
secretario de la Comisión Teológica Internacional, Serge-Thomas Bonino, quien
intervino en la rueda de prensa, "la cremación es algo brutal. No es un
proceso natural sino que interviene la técnica y no permite a las personas
cercanas acostumbrarse a la falta de un ser querido".
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